Dentro del ciclo de vida de una pequeña y mediana empresa, llega el momento de dar el gran paso, buscar nuevos rumbos y desafíos que lleven a la empresa al siguiente nivel.

Exportar se convierte hoy en día en una exigencia para sobrevivir como empresas. Sin duda, la internacionalización de la empresa debidamente realizada, generará diversificación de riesgos, mayor reconocimiento de la marca, mejoras en la capacidad de negociación, fortalecimiento de la competitividad y mayor rentabilidad.

Hoy conoceremos tres conceptos que exportador debe tener en cuenta antes de cruzar fronteras.

En primer lugar, hablaremos de CONOCER, ya que es el primer escenario que debemos analizar, empezando por un estudio interno de nuestra empresa, observando capacidad de producción, volumen de ventas, potencial del producto, recursos humanos y financieros y sobretodo la motivación donde las personas que formen parte de la empresa deben ser conscientes del cambio.

Una vez realizado el análisis interno, debemos dar a  conocer el mercado potencial, es decir, identificar el país destino de nuestro producto, conociendo sus aspectos culturales, geográficos, demográficos, indicadores económicos, acuerdos comerciales existentes, factores políticos, competencia existente del mismo producto o algo similar en destino, entro otros aspectos para que nuestra estrategia sea exitosa.

La segunda etapa de nuestro proceso será PLANIFICAR.

El plan de negocios de exportación busca penetrar un producto o servicio en el mercado objetivo. Para poder llevar a cabo este paso es necesario realizar un plan de acción donde estableceremos, como y mediante qué medios abasteceremos al nuevo mercado, así como también debemos tomar en cuenta que pueden existir modificaciones del producto a fin de cumplir con las exigencias y restricciones del mercado destino. Muy importante detallar un presupuesto para planificar financieramente la operación donde incluiremos costos en general, transporte, seguros, impuestos, etc.

El último paso es ACTUAR.

Varias empresas suelen designar a una persona encargada específicamente de esta actividad, quien designará colaboradores junto con sus respectivas tareas con el fin de cumplir con los objetivos y realizar revisiones periódicas para demostrar el progreso obtenido.

Seguir estos tres pasos nos permitirá reducir el riesgo de la operación, no siempre las empresas logran desembarcar con éxito dentro del mercado objetivo, pero mediante un efectivo estudio de mercado tendremos en nuestro poder herramientas necesarias para tomar decisiones adecuadas para nuestra empresa.

Fuente: Diario del Exportador.