Viena.- Los países de la OPEP y sus socios, entre ellos Rusia, buscarán esta semana un acuerdo para seguir reduciendo su producción y apoyar los precios del petróleo, en un mercado mundial marcado por el auge del crudo estadounidense.

Todo apunta a que los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y varios productores externos al cartel renovarán este jueves en Viena su acuerdo de noviembre pasado.

Arabia Saudí, miembro del cartel, y Rusia, los dos principales productores mundiales, ya han anunciado que harán «todo lo posible» para prorrogarlo, probablemente por un periodo de nueve meses, hasta marzo de

También algunos de los 13 miembros del cartel, como Irak, Kuwait o Venezuela, han dado su visto bueno a la prórroga. «Nueve meses me parece bien», dijo el ministro argelino del petróleo este martes a su llegada a Viena.

El pacto de noviembre, el primero importante en años de un cartel que parecía haber perdido su capacidad de influencia, llevó a 24 países de dentro y fuera de la OPEP a rebajar su producción en un total de 1,8 millones de barriles diarios (mbd) en relación a los niveles de octubre de 2016.

El resultado es un barril que ahora ronda los $50, un precio que sigue estando sin embargo a menos de la mitad del que alcanzó en 2014.

«Por un lado no han cumplido sus objetivos [de aumento significativo del precio] porque no eran alcanzables a corto plazo, pero por otro han drenado un poco las existencias enormes que había, han cambiado el sentimiento del mercado y han frenado o contenido la caída», explica a la AFP Gonzalo Escribano, responsable del programa energía del Real Instituto Elcano, con sede en Madrid.

El principal responsable de la oferta abundante a nivel mundial es el petróleo de esquisto producido en Estados Unidos.

Frente a este competidor, la OPEP y sus socios buscan una difícil cuadratura del círculo para alcanzar un precio del barril que no sea ni demasiado alto ni demasiado bajo.

«No quieren hacer un corte dramático de producción, con el que los precios empiecen a subir y que a sus expensas se enriquezcan los americanos, los brasileños o los noruegos», apunta Escribano.

Al mismo tiempo un precio demasiado bajo pone en peligro las economías de los productores del Golfo o de países muy dependientes, como Venezuela.

Este era el panorama antes del acuerdo del año pasado, cuando la política de la OPEP de inundar el mercado para competir con el esquisto hizo caer el barril a niveles históricamente bajos.

Pero ahora la situación se ha invertido y la producción en Estados Unidos (de esquisto y convencional) ha pasado de 850.000 barriles al día en 2016 a 9,3 millones actualmente, rozando el récord histórico de 2015.

Se trata de la «mayor recuperación de los últimos 30 años», recalca Martijn Rats, de Morgan Stanley.

A diferencia de hace unos años, cuando por su complejidad la producción de esquisto necesitaba un barril a precio muy elevado para ser rentable, el sector puede ahora «abrir y cerrar el grifo con una flexibilidad nunca vista», explica Thomas Pugh, un analista de Capital Economics.

La cuestión es ahora saber si una nueva prórroga será eficaz para estimular precios, tras unos primeros meses de 2017 en las que las reservas han seguido aumentado a pesar de la voluntad de la OPEP.

«El esfuerzo de la OPEP debería ser más eficaz en el segundo semestre, porque hay un aumento de la demanda estacional del 2%», indica Pugh.Al mismo tiempo, Gonzalo Escribano apunta a que el cartel «sabe que tiene un techo de los 60 dólares que no va a poder superar».

Por otra parte Arabia Saudí tiene especial interés en que haya acuerdo esta semana en Viena porque está preparando la salida a bolsa para 2018 de Aramco, la compañía petrolera nacional, y el precio del barril será clave en la valoración de las acciones.

Fuente : El Financiero, Costa Rica.

http://www.elfinancierocr.com/economia-y-politica/OPEP-socios-acuerdo-reduciendo-produccion_0_1181281861.html